Estos cuentos me lo contaron, mi pequeña amada señorita de rizos largos. Me lo contó tu abuela Evelina y tu abuelo Jesús en noches de plenilunio unas, estrelladas otras y resplandecientes muchas. Me los contó Nerio Viejo y la gente de mi pueblo. Saben a pastizales, aguas y cielo dorado. Tienen por escenarios los espacios naturales abiertos de fincas y conucos aledaños a la vía del ferrocarril de Santa Bárbara-El Vigía de aquellos añejos tiempos de mi infancia. Más