La radio se inventó para mantener al mundo al día, para ponerle la noticia al oyente en el oído, para unir al ser humano, para satisfacer esa necesidad de sentirse ligado con el conocimiento, y ver con la imaginación lo que no puede ver ni tocar con sus otros sentidos. El oyente no es juguete ni un títere que se tiene al lado para amarrarlo a la pata del micrófono para regodearse de unos gustos y caprichos personales con lenguaje, muchas veces, mal trajeado. Plus