Creo que nunca, en la historia de la Iglesia, se han cuestionado tanto los ministerios como hoy. Quizás el más vilipendiado ha sido el del pastor. Se nos ha tratado de perezosos, de vividores, explotadores y en fin epítetos no han faltado. En orden, que se me antoja, pueden seguir los maestros pues casi nadie cree en ese ministerio. Para ejercer el ministerio de la enseñanza, en la mayoría de denominaciones, se debe tener otro ministerio que lo soporte económicamente (casi siempre es el pastorad Mais