La tumba vacía es la evidencia contundente del gran amor de nuestro Padre, quien nos ama como a Jesús y se complace en sus hijos, quienes ahora son transformados por la obra del Espíritu Santo. La tumba vacía es la promesa cumplida contenida en el plan de Dios desde la eternidad, cuando decretó que seríamos “santos y sin mancha delante de Él en Cristo” (Efesios 1:3) Mais