Cuentan que dicen las crónicas, que existía un bosque en Gran Canaria donde el
sol no alcanzaba el suelo, era tal su espesura, que difícilmente se podía transitar por él.
Tratando de sobrevivir, el Barranco de Azuaje es testigo de aquel bosque al que
llamaban la Selva de Doramas, una extensión arbolada que cubría el norte-noroeste de
nuestra isla, un bosque de Laurisilva, que fue aniquilado, por ser el soporte energético
del avance de nuestras islas... 更多
